sábado, 2 de febrero de 2019

MAZAMITLA

Mazamitla es un municipio y población del estado de Jalisco, México. Se localiza 124 km al sur de Guadalajara en la Región Sureste. Su nombre proviene del náhuatl y significa "Lugar donde se cazan los venados con flechas".​ Su extensión territorial es de 177.18 km². Wikipedia
En una reunión de amigos, conocimos a un cubano entrenador del equipo de ciclismo mexicano, casado con una ciclista y practicantes ambos de ciclismo de montaña y surgió la idea de conocer MAZAMITLA.

Es uno de los denominados “pueblos mágicos” ubicado en la Sierra del Tigre, a cerca de 124 kilómetros de Guadalajara y a una altura de 2,200 metros, en el municipio de Jocotepec.

En el trayecto hacia Mazamitla, por una pintoresca carretera con sembrados de fresas, zarzamoras, cítricos, valles, montañas y muchas especies de pinos bordeando la ruta, nos detuvimos ante pequeños puestos de ventas de batidos de fresas acabaditas de cosechar, algo especial para el gusto más exigente…igual vendían cestas tejidas llenas de fresas recién recolectadas.

Llegamos a un poblado pequeño, llamado “Manzanilla de la Paz”, entramos y entre callejones de tierra y piedra, con calles pendientes, con buenas viviendas, unas de ladrillo y otras a medio hacer, parecía un pueblo perdido entre tanto bosque y lomas, un poblado donde invierten en casas para vacacionar en las montañas.

Continuamos el viaje y en un entronque, muy cerca del poblado, vemos en la carretera al típico ranchero mexicano, botas altas, sombrero alón, cinturón ancho, haciendo señales de que nos detuviéramos, con una tarjeta en la mano.

Cuando nos acercamos hasta él (con algo de cautela es cierto) estaba haciendo propaganda a una cabaña de su propiedad, nueva, a buen precio, cerca, y tanto se empeñó que seguimos su camioneta negra con el anuncio de “Cabañas del Río”.

Río no vimos ninguno, pero si él lo decía…sería su apellido.

Y llegamos a un lugar entre campos de maíz recién cortados, un sendero de tierra y piedras donde hay cabañas de madera, unas terminadas, otras en construcción, algunas de ladrillo y madera (como las del cochinito inteligente del cuento), con chimeneas, ranchón al frente con su mesa rústica y preparativos para hacer asados.

El lugar era muy tranquilo, el aire puro de la montaña, la paz de la naturaleza que rodeaba el lugar invitaba a quedarse y entramos a conocer la cabaña.

Y sorpresa, sala con chimenea de leña, televisión por cable, equipo de música, sofás, butacones, la cocina con un mostrador y banquetas, refrigerador, cocina de gas, calentador, batidora, ollas, platos, cubiertos, todo lo necesario.

Dos habitaciones grandes con dos camas cameras cada una vestidas, con frazadas, todo listo para recibir al huésped al igual que el baño azulejeado y con agua caliente.
El precio por noche pareció razonable y decidimos quedarnos allí. Se le dijo al dueño de buscar toallas, leña y suministros, e inmediatamente trajo las toallas, nos vendió la leña y nos llevó al pueblo, donde casi todos los establecimientos tienen lo fundamental para los vacacionistas…lo mismo un atado de leña que una mermelada gourmet hecha por los regionales.

En las carnicerías todo lo necesario para encender el asador, y disfrutar de un día de campo ¿o de montaña?

Nos instalamos en la cabaña a preparar comida y relajar del viaje.

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