Jacaranda es un
género de unas 50 especies aceptadas, de las 120 descritas, de árboles
y arbustos de la familia
de las bignoniáceas, típicos de la América intertropical y
subtropical. Se conoce
vulgarmente como jacarandá, jacaranda, gualanday o tarco.
Jacaranda:
derivado latinizado de su nombre vernacular nativo brasileño en Tupí yakara'na, construido con los vocablos hakuã,
que tiene perfume, y renda,
lugar, sitio, o sea "fragante".
Un migrante japonés está detrás
de la historia, gracias a él los mexicanos pueden apreciar esa maravillosa
especie de planta.
Tatsugoro Matsumoto era
un jardinero imperial en
Tokio, que
estudió el antiguo arte de la jardinería japonesa reconocida desde la era
Muromachi (1336-1573) cuando el gusto por los jardines, los arreglos de flores
y la llamada ceremonia del té hizo que mucha gente se especializara en estas
artes.
El
primer país latinoamericano al que llegó Matsumoto fue Perú ya que su gobierno
buscaba a alguien para diseñar
un jardín
en este país.
El
japones, comenzó su viaje en 1892
hacía Latinoamérica,
sin embargo, antes de llegar a Perú pasó por México y le llamó la atención
el aprecio especial por las flores y las plantas que había en nuestro
país.
El hombre,
trabajó en Perú varios años, pero el gobierno
de Japón le pidió ir a México.
Fue
en Perú donde conoció un rico hacendado y minero mexicano llamado, José Landero y Coss,
quién lo invitó nuevamente a México, pero esta vez a su hacienda, cerca de la
ciudad de Pachuca, para crear un jardín japonés. Matsumoto aceptó
y decidió que quería vivir en México, viajó a Japón, vendió sus cosas y le
dijo a su esposa e hijos: “Cuando
haga fortuna, regreso por ustedes”, sin embargo, el jamás
regresó
Cuando
la situación política empezó a estabilizarse, Matsumoto le recomendó al
presidente Álvaro Obregón plantar
en las principales avenidas de la ciudad de México árboles de
jacaranda que Tatsugoro había introducido desde Brasil y había
reproducido con éxito en sus viveros.
Las
condiciones climáticas eran las adecuadas para que al inicio de la primavera el
árbol floreciera, además Tatsugoro consideró que la flor duraría más
tiempo que en su lugar natal ante la ausencia de lluvia en la Ciudad de México
durante esa temporada.
La visión de Matsumoto fue certera, el
árbol de jacaranda se
reprodujo ampliamente
en la Ciudad de México, al grado de considerarse flor nativa. Desde entonces
podemos disfrutar de la magia de las jacaranda en los meses de marzo y abril.
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